ENSEÑAR A TRAVÉS DEL RUGBY
Marcelo Terrado, ejemplo de solidaridad en la cancha y en la vida
Hace 18 años apuesta por los valores del rugby y por el futuro de los jóvenes del barrio de Virreyes
Por: Catalina Calderón
En un contexto en el que el rugby es odiado y mal visto por muchos, hay aún personas que apuestan por este deporte. Algunos todavía creen en los valores y en las oportunidades que el rugby brinda, y están dispuestos a luchar por eso.
Un verano del 2002, Marcelo Terrado – junto a diez de sus amigos más cercanos – tuvo una alocada idea: crear un club de rugby en la localidad de San Fernando. Pero lo que parecía en su momento una idea disparatada, con muchísimo esfuerzo, fue lentamente construyendo lo que hoy se conoce como el “Virreyes Rugby Club”. Un club que nació con el objetivo de promover la integración de los jóvenes del barrio de Virreyes.
Esos primeros años no fueron nada fáciles para Terrado - ni para nadie del consejo directivo del club - quienes debían luchar constantemente con todo lo que implica construir un club desde cero. El terreno, las tareas administrativas, los jóvenes, las familias de Virreyes.
“No entendían que éramos quince personas que veníamos nada más que por el amor a lo que nosotros aprendimos y queríamos compartirlo a los chicos”, confiesa Marcelo Terrado.
Insertarse en una comunidad desconocida y en la que no eran exactamente bienvenidos, fue uno de los desafíos más difíciles que este grupo de adultos tuvo que enfrentar. Sin embargo, personalidades así no suelen darse por vencido fácilmente. Y este es justamente uno de esos casos.
Con el tiempo, el club se fue asentando y creciendo cada vez más, ganándose el amor y el apoyo de todo el barrio de Virreyes. Rápidamente, se animaron a llevar los objetivos del club a un segundo nivel: la educación. Marcelo Terrado explica: “Queríamos que pudieran desarrollarse, crecer, crear vínculos, aprender valores que puedan llevar a sus vidas. El rugby es solo la herramienta para poder hacerlo”.
Durante los años 2012 y 2013 - mientras peleaba por el terreno del club que sufría la amenaza de serles quitado, e iniciaba planes de becas universitarias y de apoyo escolar para los jóvenes de Virreyes – la vida puso a prueba a Marcelo como nunca antes había hecho: debía luchar por la vida de su mujer enferma de Leucemia, criar a sus cinco hijos, y mantener vivo el Virreyes Rugby Club.
Definitivamente fueron dos años extremadamente delicados y arduosos para toda la familia Terrado. Fueron años plagados de agotamiento, miedo e incertidumbre, que Marcelo Terrado no hubiera podido afrontar si no hubiera sido por la ayuda de sus dos pilares fundamentales: la oración, y sus amigos.
“Fue una prueba difícil para toda la familia. Lo pudimos superar gracias a la fe, a la oración y – sobre todo – a los amigos, que siempre estuvieron cerca. Fue algo increíble la cantidad de gente que nos apoyó. Me daban la fuerza necesaria cuando yo ya estaba agotado”, confiesa Marcelo Terrado al recordar esos años.
Una de sus hijas, Josefina Terrado, destaca la capacidad que tiene su padre de ser muy querido entre las personas que lo rodean. Lo describe como una persona servicial, fiel, y con una “generosidad genuina”. Josefina Terrado afirma: “Se ve muy reflejado en la calidad – y cantidad – de amigos que tiene. Desde que soy chica, cada vez que alguien me pregunta por él, la frase viene acompañada de una sonrisa y de un ‘tu viejo es un fenómeno’”.
¨Mi papá siempre es el que da un poco más - o que sabe que puede dar un poco más- y lo hace con todo el amor del mundo. Es de esas personas que enseña con el ejemplo¨, Josefina Terrado
Actualmente – dada la dificultad para concretar las actividades del club de forma presencial - todo el equipo está haciendo un esfuerzo enorme por mantener el contacto con los chicos y asegurarse de que estén bien y que no les falte nada en la cuarentena. En caso de que sí, Marcelo Terrado – junto al resto de la comisión directiva – se encarga de llevarles donaciones de comida, ropa, o lo que sea que necesiten las familias de Virreyes. Aún en tiempos difíciles, el club no los abandona.