UNA OBSESIÓN POR LA EXCELENCIA
Flavio Pérez, el trotamundos del fútbol
El expreparador físico de River Plate también entrenó a la selección de gimnasia, con la que ganó medalla de plata en los campeonatos de San Diego y París (1995).
Por: Margarita Padilla
Liliana Cameroni, pucherea mientras habla de su esposo, Flavio Pérez. Afirma que si él se hubiese manejado con los códigos del mundo del fútbol, hoy se encontraría trabajando entre los grandes. “Cuando estaba en España, hasta acompañaba al supermercado a las familias de los jugadores para que aprendieran qué cosas comprar”, cuenta de sus días en el Club Real Zaragoza, junto a Juan Esnaider como director técnico. Pero esta misma obsesión por el fútbol hace que no todo sea tan feliz para su familia: “El día de nuestro casamiento se fue porque había un partidito de inferiores. En el medio de la reunión. Y a nuestra luna de miel viajó con sus libros para hacer su tesina, que terminó convirtiendo en una tesis doctoral. Es más fuerte que él; a veces estaría bueno desenchufarlo”.
Pérez siempre fue un obsesivo. “Confundía a todo el mundo”, dice cuando recuerda que la gente le preguntaba por qué saltaba entre carreras como las de Analista de Sistemas, Técnico en Estadística y Medicina. Tenía un objetivo: ampliar su campo de conocimientos para ser el mejor preparador físico de todos. Y tanto esfuerzo tuvo sus frutos: en el año 2000, y ya con experiencia en la preparación física de la selección nacional de gimnasia, es fichado por River Plate para integrarse al equipo de primera división; sin embargo, rechaza el puesto: “Le contesté a los dirigentes de River que era el trabajo al que había aspirado toda mi vida, pero que ingresar con un cuerpo técnico ya formado iba a perjudicar al plantel. Salí de la reunión pensando que estaba loco”. Meses más tarde, y con un nuevo cuerpo directivo, se incorpora al grupo técnico de primera división junto a Rubén Gallego, con quien ganó cuatro Torneos Clausura en el periodo 2000-2005. “Acudí a ayuda psicológica, no quería que el éxito se me subiera a la cabeza”, admite años más tarde.
Leonardo Astrada, exjugador y exdirector técnico de River, cuenta que Pérez fue el único que lo ayudó a recuperarse de una lesión que creía que le ponía fin a su carrera. Esta misma capacidad profesional llamó la atención de Zinedine Zidane, quien lo fichó para que formara parte del staff del Real Madrid en el 2012. “Fuimos a comer un asado a lo de Zidane, y lo único que podía pensar era ´¿qué me pongo?´. Llegué y me abrió en patas y musculosa, un fenómeno”, relata entre risas. Sin embargo, debido a problemas internos en el club, exjugador del Real Madrid renuncia y el contrato nunca llega a firmarse.
Leonardo Astrada: "Gracias a Flavio, pude estirar los años de mi carrera"
Liliana, la esposa de Pérez, cuenta que “Fla” siempre prioriza a su familia ante sus proyectos laborales, hasta tal punto que fue ella quien tuvo que darle el empujoncito para irse a España a entrenar al Real Zaragoza (2011-2012) y posteriormente al Club Jefferson United Ichihara Chiba (Japón, 2017-2018). Habiendo vivido en múltiples destinos y con ofertas laborales en distintos clubes como el Parma Calcio (Italia) o el Club Deportivo de la Unión Católica (Chile) cuenta que ya no se mueve por cualquier propuesta. “La familia es lo primero”, dice Pérez, vestido con su camiseta de River y con sus hijos corriendo tras su espalda, “pero sigo abierto a posibilidades”.
Hoy, ya instalado en Buenos Aires y con varios proyectos en mente, menciona que su sueño es volver a entrenar a River. “Algún día, voy a volver a estar en ese banco”, comenta por lo bajo. Hay sueños que se mantienen para siempre.
