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Los clubes de barrio temen desaparecer

Actualizado: 14 jun 2020


LA LUCHA INTERMINABLE DE LOS CLUBES

Los clubes de barrio temen desaparecer


Argentina es un país económicamente inestable y aquella inconstancia impacta directamente en los clubes. Hoy, el COVID-19 les presenta un nuevo obstáculo que superar.


Por: Macarena Llapur


Los clubes de barrio son asociaciones independientes sin fines de lucro que cuentan con espacios de recreación, enseñanza y entrenamiento deportivo. Son ambientes donde las personas buscan canalizar su energía en el deporte y en la amistad. Estos clubes prestan al país una función social muy importante desde lo deportivo y lo cultural.

Sin embargo, a pesar del papel que cumplen en la sociedad, los clubes reclaman que el gobierno no siempre los ayudó como ellos lo esperaban. En noviembre de 2017 se creó la Confederación Argentina de Clubes y Entidades Deportivas con el fin de unificar todos los clubes bajo una misma voz, ya que todos comparten problemáticas similares. “Dejamos la rivalidad entre nosotros para el domingo en la cancha”, explica Graciela Lazzaroff, presidenta del club 3 de Febrero.

Video de la Confederación para generar conciencia sobre el estado de los clubes de barrio

El COVID-19 llegó cuando los clubes de barrio ya se encontraban golpeados económicamente por la creciente inflación de los últimos cuatro años. La cuarentena obligatoria los forzó a cerrar sus puertas, lo cual empeoró aún más el estado de muchos de ellos. Comenzó así una etapa de supervivencia para los clubes y una lucha por parte de la Confederación por conservar la existencia de estos.

Entre las complicaciones que sufren los clubes hoy, una es histórica: la cantidad de papeles que tienen que presentar a la hora de hacer cualquier trámite. Además, en el caso de la Provincia de Buenos Aires, la Inspección General de Justicia, donde se efectúan los trámites, está ubicada en La Plata. Muchos clubes no tienen los recursos suficientes como para viajar hasta allí para hacer trámites y así estar al día. “Más del 60% de los clubes tienen problemas con la falta de papeles”, afirma Juan Ignacio Bruera, secretario del Observatorio Social y Económico de Clubes de la Confederación.

El 5 de mayo, el gobierno anunció un subsidio de 60.000 pesos por mes para cada club de barrio. Uno de los requisitos es formar parte del Registro Nacional de Clubes. Sin embargo, hoy en día solo 4.000 clubes de los 20.000 que hay en Argentina son parte de este registro dada a la compleja lista de requisitos que deben cumplirse para poder estar inscriptos. De todos modos, al momento de que un club brinda un servicio al estado, como por ejemplo funcionar como centro de vacunación, el gobierno no les demanda a estos ningún tipo de papel ni requisitos.

Además de no poder acceder a un subsidio que debería estar destinado a ayudarlos, muchos clubes también tienen problemas con las cuotas de luz y de gas. Durante la cuarentena, las compañías que brindan estos servicios no van a los distintos predios a medir el consumo mensual, por lo tanto, les cobran un promedio del consumo histórico de 2019. Por ejemplo, el caso del Club Franja de Oro ubicado en Pompeya, que en el mes de abril debió pagar una boleta de gas de 35.000 pesos por más que el club no se encontrara en funcionamiento.


Los clubes de barrio son lugares donde las personas canalizan su energía en la amistad y en el deporte


A pesar de las adversidades que se les presentan, estos buscan la manera de salir adelante. “Lo que tenemos los clubes es una imaginación, una creatividad y una resiliencia enorme, porque seguimos de pie”, asegura Graciela Lazzaroff. Tal es el caso del club 3 de Febrero, el cual ella preside.

Este club, ubicado en la localidad de San Martín, se fundó en 1932 y cuenta con 1100 socios y 1000 usuarios. Tras el cierre del predio a causa de la pandemia, sus dirigentes debieron encontrar la manera de juntar el dinero necesario para pagar sueldos y gastos fijos. La cuota social solo cubre el treinta porciento del presupuesto total. El resto, solían juntarlo haciendo fiestas, eventos y alquilando el campo de deportes y algunos espacios del club.

La cuarentena los obligó repensar la manera de recaudar el dinero. Comenzaron a vender barbijos y alcohol en gel con el escudo del club y hasta vendieron 500 porciones de locro durante el 25 de mayo. “La venta del locro fue algo que excedió lo económico. Todo lo que se generó ahí fue realmente mágico”, añade Graciela Lazzaroff recordando el trabajo en equipo y la buena predisposición que aquello implicó.

Comunicado vía Facebook para que los socios colaboren con "El Trede" (3 de Febrero)


Además, el club 3 de Febrero se enfocó en fortalecer el vínculo con sus socios a través de las redes sociales. Allí publican mensajes para los ellos, para los chicos y el personal, incentivándolos a que cuiden su salud y a que respeten el aislamiento. Mientras tanto, algunas clases deportivas continúan a través de plataformas como Zoom y los profesores también brindan charlas motivadoras.

A pesar de ir encontrando la manera de juntar plata, a Graciela Lazzaroff le preocupa el futuro de su club y entiende que la única posibilidad de que los clubes no se extingan es con la ayuda del gobierno. “Si no nos dan una mano va a ser muy complicado, el deterioro va a ser difícil de remontar. Porque ya venimos de cuatro años de una situación critica”.

Entre lágrimas, explica lo difícil que es llevar adelante un club de barrio y reclama ayuda del gobierno:

Los clubes de barrio deben dejar en su cancha todo lo que tienen para no desaparecer. Lentamente, esperan superar este nuevo partido contra el COVID-19 y salir victoriosos.

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